Preparar una taza de té de camelia local, y ver las nubes y la niebla se elevan con gracia desde el valle, desdibujando los remotos picos de las montañas en una pintura de acuarela.Los vientos de montaña soplaban a través de la terrazaEn este momento, no había agitación de la ciudad, ni presión de trabajo. Sólo montañas, nubes,viento y un alma dispuesta a entregarse a la naturalezaLa llamada curación es simplemente permitir que el corazón y el paisaje respiren juntos en un lugar tan aislado.